lunes, 26 de marzo de 2012

CLAVES PARA PREVENIR ENFERMEDADES DE MAMAS


Una contról mamográfico (Getty Images, DCI)

¿Te paras todos los meses frente al espejo para observar tus senos? ¿Cada cuánto te controlas con un profesional? Rutinas y señales de alerta para cuidar la salud de tus mamas.

En casa

La prevención del cáncer mamario se basa en un diagnóstico temprano que permita efectuar un tratamiento adecuado en el momento inicial de la enfermedad. Los dos aliados son el autoexamen de mamas y el control ginecológico sistemático. El autoexamen depende de ti y lo ideal es realizarlo todos los meses, entre una semana y diez días después de la menstruación que es cuando tus mamas están menos sensibles. Pero, si no tienes menstruación porque estás amamantando o ya pasaste la menopausia, los médicos recomiendan que te examines el mismo día de cada mes. Examinarte es muy sencillo: parada frente a un espejo, observa si hay alguna alteración en el contorno de tus mamas (primero con los brazos hacia abajo y luego hacia arriba). Después, recostada en la cama, pones un almohadón debajo de un hombro y palpas el seno con la mano opuesta para detectar durezas o bultos. Y repites la palpación en el otro seno.

En el consultorio

A lo largo de tu vida, la medicina te recomienda un control periódico con un profesional más una mamografía, el estudio específico de las glándulas. Este control debes realizarlo cada tres años, si tienes entre 20 y 39 años, y cada doce meses a partir de los 40 años. ¿Por qué es tan importante la mamografía? Porque está totalmente comprobado que es la mejor herramienta para un diagnóstico precoz y que disminuye entre un 25 y un 30 por ciento la mortalidad por cáncer mamario ya que permite ver tumores hasta dos años antes de que sean palpables por el profesional más entrenado.

Bien protegida

Debes consultar con tu médico en caso de que identifiques durante el autoexamen durezas, cambios de tamaño o forma de las mamas, protuberancias o bultos en la axila. Una característica es que los tumores malignos suelen ser indoloros, de firmes a duros y con bordes irregulares. También presta atención si notas secreción anormal, cambios en la apariencia o sensibilidad del pezón, diferencias en el color o la sensación de la piel de la mama, dolor, aumento de tamaño o molestia de un solo lado del cuerpo. Bajo cualquier circunstancia, nunca te quedes con alguna sospecha y en el caso de que observes alguna anomalía, debes consultar inmediatamente a tu médico.

http://www.discoverymujer.com/salud/mujer/dos-claves-para-prevenir-enfermedades-de-mamas/

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