domingo, 25 de julio de 2010

¿Tu hijo tiembla cuando le hablan de ir al pediatra?


SANTO DOMINGO.- Recomendaciones para evitar que el chequeo médico sea un trauma.Luego del primer año de vida, las visitas al pediatra suelen ser una pesadilla para los padres y los chicos.A los pequeñitos les da miedo el doctor, a los grandecitos les aburre esperar, a los pre adolescentes les da vergüenza. No todos los profesionales de la salud tienen la paciencia necesaria para lidiar con el miedo natural al chequeo médico que experimentan algunos niños. Aquí te ofrecemos algunos consejos para hacer que los exámenes rutinarios de salud no sean una tortura para tu hijo.Un médico de confianza: De acuerdo al pediatra Luis Alam Lora, además de la calidad profesional, un buen doctor debe brindarte un servicio calido y cercano, el paciente y su padres deben sentirse en confianza. Explícale a tu hijo lo que va a suceder en la consulta: cuando los niños no saben qué va a pasar, es natural que se muestren temerosos o agresivos. Si es muy pequeño puedes jugar con él al doctor y hablarle sobre lo que pasará en la consulta.No los abochornes: a los grandecitos no les gusta quitarse la ropa enfrente de sus padres y el pediatra ó muestran resistencia a que los atienda un doctor "para niños". Si haces comentarios peyorativos sobre esta conducta delante del médico solo empeoras las cosas. Puedes tener buenos resultados al dejarlo solo con el médico durante el momento de la consulta, ellos sentirán que hay más privacidad.Toma los primeros turnos: Trata de que tu hijo sea el primer paciente que atienda el doctor o en su defecto puedes llegar justo a la hora que te toque entrar a consulta. Estar en una sala de espera por mucho tiempo pone a los niños de mal humor, esto dificulta la labor del pediatra.Ropa cómoda para las consultas: quitarle varias piezas de ropa a un chiquito es difícil, más aún si tratas de hacerlo en la camilla del consultorio en medio de una crisis de llantos. Para ir al médico, vístelo con prendas cómodas y fáciles de quitar. Déjalos llorar: hacer un esfuerzo por callarlos puede ser inútil, en vez de eso, consuélalos y bríndales seguridad. Un premio al final: la mayoría de pediatras regalan una paletita al final de la consulta, tu puedes llevarlos al parque luego de la consulta y hablar alli, con calma, sobre lo que pasó en el chequeo, si se porto como un campeón felicítalo, si lloró mucho hazle saber que la próxima vez estas segura que lo hará mejor.Anota las preguntas que quieres hacerle al doctor: mientras calmas a tu hijo se te puede olvidar el motivo de la consulta o alguna pregunta importante. Anótalo todo, si por los gritos ves que es imposible entablar una conversación con el pediatra, dale tu lista y así el podrá responderte.
nuestroshijos.com.do

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