domingo, 2 de mayo de 2010

Bosque modelo: más que el manejo del recurso forestal

LA RED INTERNACIONAL DE BOSQUES MODELO ESTÁ INTEGRADA POR 60 ÁREAS QUE CUMPLEN CON SEIS PRINCIPIOS BÁSICOS
Una vasta superficie conformada por áreas específicas de las provincias Monte Plata, Hato Mayor, Samaná (incluyendo el Parque Nacional Los Haitises), Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez y el municipio de Villa Altagracia, con una extension total superior a las 325 mil hectáreas, podría convertirse en el tercer bosque modelo del país, denominado Colinas Bajas.
La propuesta ha sido presentada a la Red Internacional de Bosques Modelo por la filial dominicana de la organización internacional Medio Ambiente y Desarrollo (ENDA por sus siglas en ingles -Environment and Development Action-).
Los otros bosques modelo están localizados en Sabana Yegua, Azua, y en la cuenca alta del río Yaque del Norte.
En el país recién estuvieron Richard Verbisky, de la Secretaría de la Red Internacional de Bosques Modelo (SRIBM); y Fernando Carrera y Marie- Eve Landry, ambos de la Red Iberoamericana de Bosques Modelo, con sede en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), en Costa Rica, para evaluar la viabilidad de esa propuesta e inspeccionar los otros dos bosques que pertenecen a la red.
Carrera informó que en junio próximo se reunirá en Minas Gerais, Brasil, el directorio de la SRIBM, y que en ese escenario evaluará la nueva propuesta dominicana que será sustentada por Mamerto Valerio, de ENDA.
Landry se apresta a aclarar que el concepto de “bosque modelo” no se trata de un esquema que se pretende establecer. “Más bien, es un proceso de desarrollo de una estructura de gobernanza participativa, integradora de los diferentes sectores y organizaciones, que busca ser un foro neutro, apolítico, todos sentados a la mesa de igual a igual, con voz y voto.
El Estado, las empresas, los grupos de la Sociedad Civil y cualquier otra organización pueden estar sentados y ver cuál es su interés común y definir cuales son sus prioridades”.
Puntualiza que un bosque modelo busca generar un modelo de gestión del paisaje dentro de un territorio.
Carrera añade que se trata de la democracia en su máxima expresión: “Imagínate una organización con todos los actores locales representados en un foro, tomando decisiones sobre lo que se necesita hacer en un territorio determinado, en un foro de concertación o mesa de resolución de conflictos.
Fijan una visión de a dónde quieren llegar y todos caminan en esa dirección. En América Latina hay 24 sitios de esos”.
Principios establecidos Los bosques modelo comparten seis principios básicos.
El primero se refiere a la participación: Es un foro neutro que acoge la participación voluntaria de los representantes de los intereses de las partes interesadas y valores que tienen los actores sobre el paisaje.
El segundo hace alusión al territorio: Es un área extensa que debe representar los intereses sociales, culturales, económicos y ambientales de la comunidad.
Carrera informa que la provincia de Ontario, donde está Ottawa, la capital de Canadá, es un bosque modelo, que incluye área urbana, áreas forestales protegidas, zonas agrícolas y reservas indígenas.
El tercer principio se refiere al compromiso de conservar y manejar de manera sostenible los recursos naturales y el paisaje forestal.
“Nuestro tema principal es el manejo sostenible de los recursos naturales.
Estamos comprometidos con la sostenibilidad”, precisa Landry.
El cuarto se refiere a la gobernanza. Se trata de un proceso representativo, parti cipativo, transparente y responsable, que promueve el trabajo en colaboración entre los actores involucrados. Landry expone que el tema de la gobernanza es muy importante, puesto que se procura desarrollar una estructura de toma de decisiones que integre a grupos que se unen al proceso buscando que las decisiones se tomen por consenso.
El quinto principio es la visión estratégica, junto al programa de actividades, que deben reflejar la visión, necesidades, valores y desafíos de los actores involucrados en el manejo del bosque modelo.
Y, finalmente, el intercambio de conocimientos, la construcción de capacidades y el trabajo en red. Landry precisa que todos esos principios buscan mejorar la calidad de vida de las personas que residen en el territorio.
Experiencia dominicanaCarrera, quien se desempeña como gerente de la Red Iberoamericana de Bosques Modelo, indica que en el país hay dos bosques modelo que fueron admitidos como parte de la red. El de Sabana Yegua, en Azua, y el de la Cuenca Alta del Yaque del Norte. En ambos hicieron un recorrido.
“En el caso de Sabana Yegua han avanzado en el manejo de la cuenca y están en el proceso rearticulación de su estructura”, indica.
Cuenta con varios consejos de zona, los que integrarán el directorio del bosque modelo, conjuntamente con otras organizaciones de la zona. Los consejos de zona han sido estructurados en Guayabal, con la participación de cuatro comunidades; en Padre Las Casas, con cuatro; en Los Fríos, con siete; en Las Lagunas, con siete, y en La Siembra, con cuatro.
Este bosque esta afiliado a la Red Regional de Bosque Modelo para América Latina y el Caribe (LAC-Net).
Cuenta con una superficie de 166 mil hectáreas y con 60 mil habitantes, de los cuales 18 mil viven en pueblos pequeños y unos 40 mil en las montañas.
Con relación al perfil económico, casi toda la población se dedica a actividades agropecuarias como principal medio de obtener ingresos. Los servicios de electricidad, riego y agua para uso doméstico que suministra la presa de Sabana Yegua son importantísimos para el desarrollo económico de las provincias del suroeste dominicano de San Juan de la Maguana y Azua. (http://www.idrc.ca/es/ev-53987-201- 1-DO_TOPIC.html).
Con relación al bosque modelo en la cuenca alta del río Yaque del Norte, en donde antes funcionó PROCARYN, Carreras dijo que se encontró con una estructura naciente, el Plan Yaque, “que pretende trabajar con los mismos principios de bosque modelo.
Los nuevos actores deben decidir si les interesa seguir como bosque modelo, ser parte de una red en donde puedan recibir información, aprender de otros y compartir sus experiencias con los demás”.
UN EJEMPLO EN EASTERN ONTARIO (BOEO)Pertenece a la Red Canadiense de Bosques Modelo. Está ubicado en Kemptville, Ontario, con una superficie de 1.5 millones de hectáreas. La naturaleza fragmentada de los bosques de la parte oriental de Ontario representa un gran desafío en materia de manejo. La expansión urbana, junto con la agricultura y otras presiones de desarrollo siguen fragmentando el paisaje y amenazando la integridad de los ecosistemas forestales existentes.
El Bosque Modelo Eastern Ontario (BOEO) no ocupa un terreno forestado en el sentido tradicional, ya que sólo el 34 por ciento de su superficie es forestada. El resto se compone de granjas, suburbios, humedales, caminos o secciones que se urbanizaron con otros fines y donde el bosque está volviendo a surgir.
La industria maderera, la agricultura y otras actividades forestales siempre han desempeñado un importante papel en la región, sobre todo en los dos últimos siglos, cuando se talaron vastos rodales de arce, roble, pino y abeto para satisfacer la demanda nacional y extranjera.
Dentro de los límites del bosque modelo también hay una reserva de biosfera y un parque nacional.
Actualmente, la mayor parte de los árboles de este bosque mixto tienen menos de 80 años. La población del bosque modelo es superior al millón de personas, 8,000 de las cuales poseen terrenos forestales (y en su conjunto poseen el 88% de las tierras boscosas).
Las comunidades locales cuentan con el bosque como fuente de empleo, productos forestales y oportunidades educacionales. En la parte oriental de Ontario, más de 7,000 trabajos dependen del bosque. El área del bosque modelo también sustenta actividades agrícolas, de producción de miel de arce y actividades turísticas y recreativas. Más del 50% de las granjas de la región oriental participan en alguna forma de la agroforestería, y el 40% de la producción de miel de arce de Ontario tiene lugar en la región oriental de la provincia.
Muchas personas, incluyendo a los pueblos indígenas, recurren al bosque para alimento, plantas medicinales y materiales para la artesanía tradicional.

Solange de la Cruz Matos, Listin Diario

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